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Conoce la diferencia entre capuchino y Latte, y qué los hace únicos

Aunque para muchos el café puede verse muy parecido en todas sus versiones, aquí te vamos a contar cuál es esa diferencia que hace que el café capuchino y el latte sean tan especiales. Aprende a ser un experto con Nescafé.

Aprende las diferencias entre un café capuchino y un Latte

El sabor inigualable del capuchino

 

El capuchino es ese café que te abraza desde el primer sorbo: cálido, suave y con esa espuma cremosa que siempre se siente como un pequeño premio en medio del día. Nació en Italia, pero hoy es parte de nuestras rutinas, de esas pausas que nos permiten respirar y disfrutar algo rico sin prisa. Su equilibrio entre espresso intenso, leche caliente y espuma ligera lo convierte en la mezcla perfecta para quienes aman un café con carácter, pero sin perder la suavidad.

 

Además, el capuchino tiene esa magia de adaptarse a cualquier momento: puede acompañarte en la mañana mientras arrancas el día o ser tu cómplice en una tarde tranquila con buena compañía. Incluso su presentación, con esa espuma que invita a dibujar corazones o arte latte improvisados, hace que cada taza tenga un toque especial. Es simple, delicioso y siempre logra ponerle un mood más bonito a la rutina.

La magia del Latte

El latte es ese café suavecito y reconfortante que se siente como un abrazo calientico en forma de taza. A diferencia del capuchino, aquí la leche es la protagonista: mucha, cremosa y calentita, mezclada con un shot de espresso que le da ese toque de sabor sin volverse muy intenso. Por eso es el favorito de quienes quieren un café más delicado, fácil de tomar y perfecto para disfrutar sin afanes. Cada sorbo es una combinación equilibrada que invita a relajarse y a desconectarse un momento.

Además, el latte es súper versátil: lo puedes tomar caliente, frío, con sabores como vainilla o caramelo, o incluso café con leches vegetales sin perder su encanto. Es ese café que acompaña mañanas suaves, tardes largas de trabajo o momentos de conversación que se extienden sin darse cuenta. Y sí, su espuma ligera también permite hacer arte latte, así que no solo sabe rico… también se ve bonito.

La magia del Latte.

Diferencia entre el latte y capuchino


La principal diferencia entre el capuchino y el latte está en la proporción entre café y leche. El capuchino tiene un equilibrio más marcado entre el espresso, la leche caliente y una capa generosa de espuma, lo que lo hace más intenso y con una textura más aireada.


Es ideal para quienes disfrutan sentir el sabor potente del café sin que la leche lo opaque. En cambio, el latte lleva mucha más leche y una capa más delgada de espuma, por lo que su sabor es más suave, cremoso y menos concentrado.


También cambian en la experiencia y el momento de consumo. El capuchino suele sentirse más ligero y espumoso, perfecto para quienes buscan algo más aromático y con carácter. El latte, por su parte, es más “confortable”, con una textura sedosa que invita a tomarlo despacio, agregarle sabores y personalizarlo según el antojo. En resumen, el capuchino resalta el espresso; el latte resalta la leche.



Preguntas frecuentes


¿Cuál es más fuerte, el capuchino o el latte?

El capuchino suele sentirse más fuerte porque tiene menos leche y más espuma, lo que permite que el sabor del espresso sea más intenso. El latte, al llevar más leche, es más suave y cremoso.


¿Cuál es mejor para agregar sabores como vainilla o caramelo?

El latte suele ser la mejor opción para agregar sabores, porque su base más láctea mezcla mejor los jarabes y crea una bebida más equilibrada y dulce. El capuchino los acepta, pero su espuma y su intensidad pueden opacar un poco los sabores añadidos.